Por estos días el término de Realidad Virtual ha cobrado cierta popularidad. A lo largo del año hemos leído o escuchado acerca de la incursión de esta tecnología en distintos ámbitos que ya trasciende el de los videojuegos.
Lejos de ser completamente innovadora, la RV ha estado presente desde hace algunas décadas. De hecho, fue en los años 50 y 60 cuando se comenzó a experimentar con ella, dando lugar al nacimiento de los primeros prototipos e instrumentos. Sin embargo, en los últimos años la tecnología se ha perfeccionado y ha llegado a tal punto que podemos experimentar esa realidad de otra forma.
Pero más allá de la cuestión técnica, que es imprescindible para la experiencia, el desafío que varias industrias enfrentan es cómo adaptar los contenidos y buscar nuevas formas de contar historias a través de este medio. ¿Tal vez ustedes se preguntarán por qué es tan importante? Y la respuesta es que simplemente el avance tecnológico es inevitable.
El mundo de los videojuegos fue uno de los primeros en hacer uso de la realidad virtual, lo que agregó un plus en la experiencia de los gamers. Pero ahora este desarrollo está abarcando nuevos terrenos, tratando de acercarse al usuario y cautivarlo de una forma que jamás imaginó.
La publicidad también dio sus primeros pasos en el entorno virtual. Varias marcas han incursionado en la RV mediante acciones de marketing experiencial que acercan al potencial consumidor al producto o servicio, haciéndoles vivir una experiencia única. Pero al igual que en el resto de los ámbitos, todavía está tratando de buscarle la vuelta hacia el camino del éxito. Muchos intentarán adaptar viejos y conocidos formatos publicitarios al medio, pero al tratarse de un terreno virgen, los marketers tendrán la posibilidad de generar nuevos modelos y acercamientos que generen un interés genuino por parte de los consumidores.
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El cine y la televisión tampoco se quieren quedar fuera. A Hollywood le encanta experimentar con nueva tecnología para enriquecer la experiencia de las audiencias, y la RV le abre toda una arista de oportunidades. De hecho, este mismo año se hizo el primer festival de cine de RV en Estados Unidos, donde los invitados contaban con un headset de Samsung, y pudieron disfrutar de los 20 cortos presentados. Hace unos meses, la CNN emitió en vivo el primer debate presidencial demócrata también con RV.
Semanas atrás, el diario New York Times y Google se unieron para lanzar una nueva app que funciona con el Google Cardboard (el dispositivo de cartón que permite montar el Smartphone). Una nueva forma de ver las historias periodísticas, accediendo al lugar de los hechos en un entorno 360, y con la intención de lograr cierta conexión y empatía con los protagonistas de la noticia.
Pese a todo lo mencionado, esta tecnología deberá superar algunos desafíos para posicionarse al igual que el resto de los advenimientos técnicos creados por el hombre. En primer lugar, tendrá que abrirse camino en los mercados para convertirse en una tecnología de masas. Cosa que todavía no logra por sus elevados costos y porque, a pesar de que varias compañías ya cuentan con su dispositivo de RV, varios están en fase de prueba.
En segundo lugar está el tema de cómo ir adaptando distintos tipos de contenidos a este medio. Ya vimos que esto es posible y que se está llevando a cabo, pero aún quedan cosas por mejorar.
Cuando vamos al cine o vemos la televisión, estamos acostumbrados a ver una película o programa con un argumento, en base a un guión, con un determinado encuadre, y todo concatenado mediante un proceso de montaje. Es decir, no tenemos la posibilidad de controlar lo que miramos. Vemos lo que el director quiere que veamos.
Sin embargo, la RV plantea algo totalmente distinto. Tanto para la audiencia como para el realizador audiovisual. En este nuevo entorno, la “cuarta pared” queda totalmente anulada. Y la verdad es que todavía no hay un manual que indique cómo contar una historia a través de un dispositivo de RV.
Sin ir más lejos, el actual director creativo de Oculus, la compañía de RV adquirida por Facebook, Saschka Unseld, dice que se siente como si estuviera de regreso en la escuela de cine. Unseld, que trabajó varios años en Pixar, sabe alguna que otra cosa sobre storytelling, y explica que lejos de ser una nueva forma de ver una historia, es una nueva forma de experimentarla.
La RV nos sumerge en el relato, brindando nuevas potencialidades de interacción con los personajes y con los elementos que forman parte del entorno. Es el usuario el que tiene el control sobre la escena, de hacer foco en aquello que más le llama la atención. Esto supone una experiencia totalmente individual para el público, cada uno con sus propios intereses y necesidades. Al igual que una mayor habilidad por parte del realizador para poder anticiparse al accionar del espectador.
Sin dudas estamos frente a un medio que plantea más interrogantes que respuestas. Lo que aún resta saber es hasta dónde llegarán las posibilidades interactivas de la RV. La integración total de todos los sentidos no ha sido posible hasta el momento. Y aunque tiene la capacidad de transportar nuestra conciencia a una realidad alterna, lo que no es poca cosa, no dejamos de ser meros receptores del relato. Pero sin duda, es su potencialidad para contar historias lo que hoy por hoy cautiva nuestra volátil atención.