Siempre decimos que en este país hay que “pedalearla”. “Trabajar esforzadamente”, según el lunfardo. Por eso esta vez nos fuimos a pedalear para relajarnos.
Gracias a Winebeetle, una de esas ideas locas que nos encantan, salimos a despedir el año con diversión y placeres. ¿De qué se trata? Un vehículo impulsado a pedales, en equipo, con una barra para comer degustar picadas y vinos mientras movés tus pies.
Un paseo que comenzó degustando aceite de oliva, aceto y pastas vegetales en La Melesca, con una excelente masterclass para seguir sorprendiéndonos con las bondades de nuestro suelo.
De ahí pedaleamos hasta Beer Garden, el patio cervecero para quedarse a vivir. Como el de tu casa, pero con las cervezas más ricas de Mendoza.
Abordamos el Winebeetle de nuevo y nos trasladamos hasta Tierra de Lobo, la destilería de Urs Wolf, “el suizo”. Una máquina del tiempo hacia el mundo del destilado natural y responsable, el que llena la boca y el espíritu.
Y de nuevo pedalear en el llamativo Winebeetle entre vehículos convencionales, recibiendo la buena onda de los demás y la energía del sol, para almorzar en Finca el Pino, donde nos esperaban con empanadas y asado como para nosotros y un equipo más.
Este año no participamos de concursos pero igual tuvimos premios. Cruzamos la cordillera y un poco más, para sumar nuevos clientes internacionales. Y todo lo hicimos “pedaleando”, día tras día. Por eso salimos a pedalear para conocer mejor nuestra provincia. Para saber qué ofrecemos al mundo, y entender cómo hacerlo.
Amamos nuestra tierra y nuestra decisión de seguir trabajando desde aquí sigue siendo la idea. No todo está en internet: vivimos en un lugar que a veces no miramos. Lleno de ideas nuevas, divertidas, geniales, que seducen. Lleno de riqueza, esfuerzo y prosperidad.
Donde, si hay que pedalear, pedaleamos todos.
Como si fuese poco, los chicos de Winebeetle nos hicieron estas fotos de un día que ya era inolvidable. 😉