Facebook lo ha logrado. Una vez más la red social de redes ha impuesto sus condiciones y nosotros como buenos consumidores que somos, no hacemos más que agachar la cabeza y amoldarnos a las condiciones de uso que impone. Porque de lo contrario, qué haríamos sin Facebook.
La semana pasada, la red social de Mark Zuckerberg dio a conocer algunos cambios que modifican nuevamente su algoritmo.
¿En qué consiste la novedad? La forma más simple de explicarlo es un cambio que limitará el contenido de tipo publicitario en el News Feed de los usuarios. En otras palabras, si las marcas quieren que su contenido sea visible por mayor cantidad de seguidores deberán pagar, de lo contrario el alcance orgánico de sus publicaciones ya no será tan alto.
No cabe duda de que este es un cambio positivo para los usuarios y para Facebook, la movida es excelente. Pero la pregunta es ¿qué tan bueno puede ser para las marcas o empresas que utilizan dicha red social?
El hecho de disminuir las promociones y las acciones de marketing del timeline es algo que los usuarios han estado reclamando durante algún tiempo. De hecho, todos como usuarios estamos un poco saturados de las publicidades que nos acechan en cada paso que damos en la web, pero si nos cruzamos de vereda y nos ponemos del lado de las empresas y marcas que hacen uso de las redes como medio para llegar a comunidades de seguidores y clientes, cómo evaluamos el panorama.
La realidad es que Facebook nos ha conducido a una especie de callejón sin salida, en donde el único escape es seguir las reglas del juego que Zuckerberg nos quiere imponer.
Por otro lado, también podríamos argumentar que de forma bastante sutil Facebook nos está diciendo que dejemos de publicar contenido basura, y esta es una realidad que debemos afrontar. Tanto las agencias como las marcas no están publicando contenido fresco y de calidad. A excepción de alguna que otra campaña grande, las marcas rara vez tienen algo realmente importante para decir, y terminan publicando el tipo de contenido que de alguna forma impulsa al consumo de sus productos o servicios.
Mención aparte merece el tema de los diarios y revistas online que también tienen presencia en la red social. De todas estas, Facebook se encuentra al frente de los cambios de cómo la gente consume periodismo. En la actualidad, los lectores no llegan a los diarios por sus ediciones en papel o a través de las ediciones digitales, lo hacen mediante las redes sociales. Si nos enfocamos particularmente en Facebook, lo hacen gracias a un algoritmo, una formula matemática que predice lo que los usuarios querrían leer.
En esta nueva virtualidad social, los medios siempre tendrán baches para llenar. Pero comenzar ahora a perseguir el camino social que ofrecen las redes ya no es la mejor alternativa. Lo hubiese sido hace cinco años atrás, pero ya no más. De hacerlo, terminarán como el resto de las marcas y compañías que compiten para ver quién acapara mayor número de seguidores, alejándose de todo potencial diferenciador. La verdadera pregunta que los grandes medios de comunicación deberían hacerse es ¿si están creando contenido para el tipo de consumo que requiere este ambiente social?
He aquí el verdadero reto al que debemos enfrentarnos: una nueva forma de atraer a los usuarios. Verdaderamente, de qué le sirve a una marca tener cientos de miles de seguidores si solo actúan de sustento para mantener una reputación virtual que no coincide con la realidad del negocio. ¿Alguna vez nos preguntamos qué es lo que los consumidores buscan de una marca en Facebook?
Esto es como la ley de la selva, la supervivencia será la del más apto. Aquí no hay un libro de respuestas que nos diga qué es lo que tenemos que hacer para prosperar en la red. Tendrán éxito quienes logren adaptarse y encontrar nuevas formas de llegar a los usuarios.
Pero también hay otro aspecto a tener en cuenta. Como en la vida misma todo lo bueno llega a un fin. Las redes sociales no pueden perpetuarse como canales de marketing gratuitos, y eso es algo que tenemos que entender. Todo el alboroto en torno a la red Ello y su promesa de que no contará con publicidad ni venderá los datos de sus usuarios es algo que tendremos que ver cómo manejan. Pero todos debemos aceptar que los días del “free” social media están contados.
Si realmente queremos ver resultados en el alcance de nuestras publicaciones y en la interacción con nuestros seguidores, habrá que invertir. No hay otra manera. Y la paciencia pasará a ser la virtud fundamental en esta nueva etapa, ya que los resultados tampoco serán inmediatos.
Facebook lo ha logrado. Logró lo que ninguna otra red social ha podido hacer hasta el momento. Con sus intenciones lúdicas y de gratuidad Facebook construyó una ciudad en la que todos queríamos vivir. Ahora que ya somos ciudadanos de la gran aldea Facebook, comenzamos a ver los verdaderos muros que nos rodean y nos damos cuenta que la autopista principal no es el mejor camino de ida. Los caminos alternativos tienen muchos baches, pero qué mejor que una mente creativa para enmendarlos.