Aquí les dejamos algunas claves para despejar dudas a la hora de encarar las estrategias de comunicación para sus negocios. Hoy, una página web y una red social son cosas ineludibles a considerar en una visión de futuro; no podemos dejar de atender que nos encontramos en un mundo tecnológico que, día a día, encuentra nuevas maneras de interacción, pero…
¿Todos los negocios deberían tener sitio web?
Independientemente de lo que se venda siempre es recomendable tener un sitio web. Es algo muy útil, sobre todo para escalar en ventas y dar mucho más sustento a los negocios respecto a la captación de los posibles clientes.
Ahora bien, uno podría preguntarse: ¿Una web es realmente indispensable? La verdad es que los buenos productos se venden fantásticamente sin necesidad de un sitio web (el verdulero de mi esquina no tiene ni siquiera Instagram y le va súper bien). Sin embargo, es de esperar que a los productos inconsistentes no los salve ni el sitio más espectacular.
Ocurre que siempre debemos tener en cuenta que cada negocio es distinto y que no todos necesitan dedicarle la misma cantidad de tiempo o dinero a su página web (¡y claro!, no todos tienen los mismos recursos para hacerlo). Por ejemplo, no es lo mismo un e-commerce de ropa para la generación millennial que una fábrica de ladrillos, con un modelo B2B, que solo recibe pedidos por toneladas. En rigor, la pregunta del millón no reside en el hecho de tener o no tener un sitio web, sino en qué tan grande y complejo deberíamos hacerlo para nuestro negocio.
Lo verdaderamente interesante es que al día de hoy existen múltiples opciones para estos desarrollos. Por ejemplo, con Google Sites podemos crear un sitio web súper básico y gratuito en tan solo dos horas; en Shopify podemos comprar una plantilla y tener una espectacular tienda en línea en un mismo día, o podemos pagar a desarrolladores especializados para hacer algo disruptivo y vanguardista que será elaborado en un plazo de tiempo diferente.
En definitiva, antes de gastar tiempo y dinero en crear algo que pensamos que puede ser innovador, debemos generar un excelente rendimiento con nuestro negocio a lo largo de varias semanas; si todo sale como esperamos y se sostiene en el tiempo, podemos pasar a esa otra etapa que potenciará nuestro crecimiento: invertir en la creación de un sitio web, y no en uno cualquiera, sino en el mejor. Por eso es esencial comunicarse primero con los expertos en la materia.
Pero la cosa no termina aquí. También es preciso hablar de las redes sociales y su implicancia en todo esto. No se trata simplemente de un complemento para una posible página web, sino que muchas veces funcionan como potenciadoras de nuestro negocio. Veamos esto.
¿Cuántas y cuáles redes sociales abrir para tu negocio?
Cuando enfrentamos la tarea de crear nuestro usuario para redes sociales, la mayoría de nosotros se encuentra con la gran incógnita de cómo sortear los impedimentos para generar una comunidad sólida.
Vamos de a poco. Lo primero que debemos saber es que no existe una red social obligatoria. Es cierto, Facebook, Instagram o TikTok pueden considerarse irrenunciables por el hecho de tener cientos de millones de usuarios, pero en verdad lo único que debe importarnos es si la red que usaremos nos permitirá conectar con los clientes actuales y descubrir potenciales clientes, donde sea que ellos estén.
Por ejemplo, si el 90% de nuestros clientes potenciales pasa la mayoría de su tiempo en Instagram entonces deberemos concentrar allí nuestros esfuerzos (por más que nos guste o no) y evitar perder tiempo intentando hacer TikToks por el solo hecho de que está de moda. Incluso si hablamos de una red que es usada únicamente por 10 mil personas, pero tiene mejor rendimiento para nosotros que cualquier otra, debemos considerarla como obligatoria, ¡allí tendremos que estar sí o sí! (sin importar lo que escuchamos en un video o lo que nos recomendó un vecino).
Pero también nos encontramos con algunos obstáculos. No solo existe en una gran confusión generalizada sobre qué redes sociales deberían ser las apropiadas para determinados negocios, sino que además, empujados por la indecisión, muchas veces terminamos abriendo cuentas en todas las redes que se nos ocurren, en lugar de empezar con una sola, llevarla bien y estratégicamente, para luego ir trasladándonos poco a poco a las demás.
En resumidas cuentas, debemos elaborar una red social consistente, crecer con ella, generar una comunidad y, una vez que tenemos eso (siempre y cuando los recursos nos lo permitan), debemos explorar en una segunda red y así sucesivamente. No debemos cometer el error de habitar 5 redes al mismo tiempo, pero con 0 contenido, o peor aún, con contenido de relleno o de mala calidad.
Está bien, podemos tener miles de seguidores, pero si nadie compra nuestro producto, las redes no nos servirán para nada. Por lo que nunca hay que olvidar el objetivo principal: lograr la mejor interacción cliente-marca en la red social que nos resulte conveniente.
En el diagnóstico ideal, teniendo un producto exitoso y un buen sitio web, una buena estrategia en redes sociales podría disparar nuestras ventas a proporciones inimaginables… pero todo a su tiempo. No debemos olvidarnos de que el marketing también es un arte, y que el pensamiento estratégico es lo que lo define.
¿Ya has conversado con nosotros al respecto?