– ¿Qué me pongo?! Es la pregunta que toda botella de vino se hace antes de ir al mercado.
– Primero que nada, hay que definir un estilo que te identifique. Le diría un asesor de imagen.
– Pero, alguien puede describirme cuáles son los estilos, en lo que a etiquetas de vino se refiere?
Después de mucho tiempo de charlas con distintos clientes decidiendo qué caminos seguir en proyectos de pakaging, me encontré con la necesidad de establecer un código para poder hablar el mismo idioma. Así definir claramente qué necesita el cliente y qué estilo define mejor a su vino, a su bodega. Así que junté coraje para armar la siguiente clasificación.
Hoy podemos decir que existen tantos estilos como vinos hay en el mercado, por eso se hace difícil establecer categorías.
El criterio aquí utilizado es según el perfil de consumidor al que va destinado el vino:
CONOCEDOR
Estilo Tradicional
Este tipo de etiquetas son clásicas y elegantes. Del estilo de las etiquetas francesas. Desde lo conceptual apelan a la tradición, el prestigio, la familia, el chateau, la distinción , la sobriedad y el estilo.
Generalmente son grandes, blancas o beige, y están impresas en papeles texturados, que denotan alta calidad. Tienen mucha información, ya que este consumidor, no sólo compra un vino para degustarlo, sino que también disfruta aprendiendo y decodificando particularidades del producto bastante específicas, comunicadas por medio de la etiqueta y contraetiqueta. Por este motivo, tienen más texto que imagen. Las tipografías suelen ser inglesas o romanas, y la iconografía apela a la heráldica o grabados de viñedos, bodegas, palacios, castillos, cosechadores, vendimia, etc. Los recursos tecnológicos que usan se limitan a cuños de relieve y stamping.
Muchas pueden encajar en el estilo postmoderno que describo más adelante.
Son vinos caros y exclusivos, partidas limitadas, que no necesitan competir en góndolas de supermercados. Su activo más importante es la marca de la bodega, la historia del vino o la firma del enólogo.
AMATEUR
Así como en las etiquetas de vinos para a expertos el eje es la información, en el packaging destinado a consumidores amateurs todo se basa en el mundo de las sensaciones. El placer de estas personas es el de compartir un buen momento. Al no tener conocimientos específicos, este tipo de consumidor elige un vino en base al packaging y/o a la marca.
Generalmente eligen vinos fáciles de tomar con una buena relación precio-calidad. Este es el segmento de precio más atomizado, por eso es imperante distinguirse, llamar la atención en la góndola.
Son etiquetas modernas, frescas y originales. Con el estilo visual vinculado con los vinos del nuevo mundo. En este tipo de packaging la idea es innovar, ya sea desde el concepto o desde la forma. Es muy importante destacar el significativo papel de las tecnologías de producción, los distintos soportes, tintas, barnices, laminados, stampings tradicionales y holográficos, relieves, troqueles que muchas veces son los protagonistas en la etiqueta.
La información que contienen es práctica: marca, varietal, consejos acerca del consumo en la contraetiqueta, también pueden contar una historia original.
En cuanto a estilos visuales, todo vale. Aunque ”lo moderno” se podría reducir a 3 tendencias: Minimalista, transgresora y clásica actual.
Estilo Minimalista
Etiquetas grandes, limpias, reducidas a lo esencial, despojadas de elementos sobrantes. Mediante esta sencillez se intenta dar protagonismo a la sensualidad del vino. Algún detalle marca la diferencia, puede ser un ícono, una forma distinta, un calado, un relieve. Aunque a veces la tipografía es el único elemento visual. Son elegantes y glamorosas. Suelen ser composiciones asimétricas. Usan papeles texturados, que puedan “sentirse”. También pueden ser “no label look” en materiales transparentes, muy usados para vinos premium y fashion. Tienen la elegancia de la simplicidad, la seducción de las cosas que no intentan seducir.
Estilo Transgresor
Etiquetas que cuentan una historia por medio de personajes o criaturas que desmistifican el origen y el consumo del vino. Son rupturistas y provocadoras. Narran historias que poco tienen que ver con los conceptos tradicionales de la viña y la bodega. Invitan al consumidor a descubrir el vino a través de otros caminos. La idea es transgredir mediante una iconografía alternativa.
Son alegres y vibrantes. El uso del color y de la imagen –iconográfica o fotográfica – son característicos en este tipo de packaging.
El concepto de pastiche característico de la postmodernidad está presente en muchas etiquetas transgresoras, ya que apelan a distintas estéticas tomadas de otros contextos. Todo es reinventado para crear nuevas formas elegantes y contemporáneas. Son híbridas y eclécticas. En estos casos más es mejor. Todo vale.
Estilo Clásico actual
Etiquetas que están entre lo clásico y lo moderno. Pretenden ser tradicionales pero usan códigos contemporáneos para poder hablarle al nuevo consumidor. Son las etiquetas que responden al típico pedido del productor: “quiero algo tradicional, pero moderno” Combinan lo estructurado de lo clásico con la emoción y la subjetividad. Creo que actualmente son las que copan el mercado, ya que de alguna manera gustan a la mayoría de las personas, “siempre están bien”.
Por supuesto que este tipo de clasificación es bastante teórica, ya que en la práctica los límites entre cada categoría suelen estar difusos. Pero creo que es un aporte clarificador para comenzar a hablar en un mismo idioma a la hora de encarar un proyecto. Un punto de partida para saber hacia donde quiere ir el cliente con la comunicación de su producto.