La cultura argentina en el mundo es vista como una rica combinación de sofisticación, intensidad, calidez, pasión, frescura y autenticidad. La conexión emocional con Argentina tiene que ver con su estilo de vida efusivo, no estructurado, aventurero y extremo. Y también con la calidez de su gente, franca, amistosa, cordial y espontánea.
Los vinos argentinos en el mundo son valorados por haber explotado la tradición, reinterpretándola de manera moderna. Traduciéndose en excelentes exponentes de vinos del nuevo mundo. Ejemplo de ello es el posicionamiento logrado por el malbec argentino.
Sin embargo, esta percepción de nuestro país a nivel mundial, es muy distinta a la imagen que eligen las marcas argentinas para posicionarse, que, alejada de la pasión latina, tiende a ser muy sobria, influenciada tal vez por la herencia vitivinícola europea.
Para hacer un breve análisis de la imagen argentina, tomamos de referencia a los vinos argentinos más vendidos en el mundo en lo que va del año 2012, según un estudio publicado en Winesur.com
Las estrategias de comunicación de los 10 vinos más vendidos, se apoyan fuertemente en el prestigio de la marca de la bodega que los producen (Catena Zapata, Trapiche, Familia Zuccardi, Norton, Terrazas, Argento Wines y Trivento). En su mayoría, el concepto gira en torno a las viñas y a la región de procedencia a través de su geografía y clima, que otorgan características únicas a las uvas con las que se elaboran los vinos. La imagen de las montañas de Los Andes y de los viñedos aparecen con frecuencia en las etiquetas.
Una propuesta interesante es la de Fuzion, que se diferencia por comunicar su origen a través de la mixtura de las raíces y cultura argentinas y por tener una imagen más minimalista que el resto.
Las etiquetas que analizamos tienen un estilo clásico-actual. Son claras, blancas o beige; con formas y tamaño tradicionales; tipografías clásicas, con serif utilizadas en mayúsculas para la marca, distribución centrada de los elementos y paleta de colores sobrios. La elegancia está conectada a lo europeo y a lo clásico, pero no responde a las raíces latinas que son las más valoradas por otras culturas.
Así como a nivel enológico los vinos argentinos han sabido reinterpretar la tradición, sorprendiendo con innovaciones muy valoradas, creemos que hace falta ir más allá, también en el nivel estético y conceptual de sus etiquetas. Conectar las marcas a la pasión de la que todos hablan, pero ninguno se atreve a mostrar en sus etiquetas. Aprovechar las características que nos hacen únicos e interesantes y mostrarlas a los consumidores de otras culturas.