En el mundo del marketing digital, siempre escuchamos que Google Ads y Facebook Ads son los pilares de toda estrategia. Las dos plataformas de anuncios que predominan por sobre las demás (Twitter, Linkedin, Snapchat, entre otras) ya que si no estás en ellas no podés estar en las demás, es lo que se suele decir.
Tomar la mejor decisión sobre en qué plataforma invertir para optimizar los recursos con los que contamos no es una tarea fácil: además es crucial para nuestro negocio.
Acá es donde surge la gran duda existencial del marketing digital (o solo una de ellas) ¿En dónde es mejor invertir? ¿Facebook o Google? ¿Google o Facebook?
La realidad es que debemos hacer un análisis de lo que queremos anunciar y una investigación del público al que se encuentra dirigido el anuncio: en qué plataforma lo encontramos, cuál es su conducta de compra y qué es lo que suelen buscar (o no) en las mismas.
Facebook Ads:
Para empezar, si nos centramos en Facebook Ads, sus anuncios suelen ser de empuje, esto quiere decir que le aparecen al usuario sin que ellos los estén buscando específicamente o tengan intención de hacerlo.
El anuncio aparece ya que Facebook identifica su perfil, intereses, hábitos y toda la información relacionada con ellos, para decidir qué contenido puede interesarles.
Es por eso que, según el producto o servicio, puede ser más adecuada la posibilidad que ofrece Facebook para tus anuncios. Por ejemplo: si la profesión que indicaste en tu perfil coincide con largas jornadas de trabajo en una oficina, bajo situaciones de sedentarismo y estrés, es muy probable que Facebook te ofrezca un masajeador para la espalda. O, ¿por qué no? una escapada a pocos kilómetros de lo que reconoce como tu lugar de residencia.
Google Ads:
Por otra parte encontramos la publicidad en Google, que “ayuda” con la intención de búsqueda que puede tener el usuario definido. Como por ejemplo: “fundas para mi celular”
En esa intención se basa Google para mostrar miles de opciones que pueden contener anuncios de fundas de celular, conforme la persona siga navegando por el vasto mundo de internet. Esto se produce gracias a la información que el usuario le proporciona a Google para que le muestre justo lo que anda buscando.
Este tipo de publicidad consiste en atraer el cliente a tu sitio, para que llegue exactamente a lo que está necesitando sin obligación de que lo convenzas, ya que él ya sabe lo que quiere.
También hay que identificar de qué lado se encuentra tu producto o servicio según el target al que se apunta, cuál sería su vidriera. Por ejemplo: servicio de limpieza de sillones. Es mucho más posible que el usuario lo busque y contrate a través de Google Search o una buena página de Google Mi Negocio que en anuncios de empuje de Facebook.
Pero, en Marketing, 2 + 2 no es 4…
Podés guiarte por estos principios para comenzar pero también hay que probar, testear, optimizar y controlar constantemente hasta que encuentres cuál es la plataforma que mejor rendimiento te proporciona.
En vez de estar adivinando, lo mejor es probar y quitarse las dudas en cada plataforma, ya que no solo dependerá de tu producto o servicio sino también del momento de la semana o la hora del día en que programes tus anuncios. Sí es verdad que hay una tendencia, como explicamos anteriormente, pero en marketing digital nunca hay que parar de testear, probar y analizar hasta decantarse por la mejor opción; ya que con los cambios de prácticas culturales y la precisión de la tecnología, cada persona es un target en sí misma y, como tal, se encuentra en permanente dinamismo.
Entonces… ¿Puedo usar Facebook Ads y Google Ads a la vez? La respuesta es: SÍ.
¿Cuánto invertir en cada una? En principio, se puede dividir el presupuesto total por la mitad para cada uno y luego analizar los resultados. Si observás que Facebook produce mejores resultados, entonces en la próxima campaña invertí un 60% en Facebook y 40% en Google. Y de esta manera, continuamente hasta que encuentres el equilibrio perfecto entre las distintas plataformas en que te anuncies.
“Diversifica y vencerás” es el leitmotiv que adaptamos al marketing en materia de pautas.
Basar siempre las decisiones en datos, no dejar nada al azar. Probar y comprobar hasta llegar a la mejor opción y obtener la mejor distribución del presupuesto en la plataforma adecuada.
En este caso preferimos reformular también el clásico axioma de “prueba y error” por el de “prueba y mejor”, pues en definitiva los procesos de aprendizaje de cada campaña también son los nuestros como profesionales.