Desde su nacimiento, el rock se asoció culturalmente al alcohol, símbolo del placer, la desinhibición y la rebeldía que representa.
Al entrar en la adolescencia descubrimos ese mundo bajo tierra donde el alcohol está siempre invitado, y los músicos referentes hacen alarde de sus carísimos y exóticos licores. Pero mientras crecen y crecemos, nuestros íconos son cada vez más exitosos y millonarios; y entienden que el juego es ser parte del sistema que cuestionaron en su juventud.
El Show Business
Entonces ya no solo genera ganancias componer, grabar y tocar, sino también el merchandising, figuritas, muñequitos y otras movidas de marketing que rodeen su imagen y remuneren sus derechos de comercialización. Después de todo, son personas creativas y el fácil acceso a la música por internet los ha llevado a agudizar su ingenio.
Y, claro, ofrecer a los fans las bebidas que prefieren con la marca y estética de sus ídolos es el nuevo nicho que el rock parece haber encontrado. Todo rockero de ley tomará con más placer las cervezas de Kiss (reyes indiscutidos del “marketing rocker”, se estima que han lanzado más de 3000 categorías de productos), Motorhead, Status Quo, Metallica o Slayer. La cerveza es parte del ritual y el objeto tiene otro sabor: el del culto y la colección.

Metallica. Del Álbum Negro a la Lata Negra.
La participación de la industria
Sin embargo, bandas como Iron Maiden o AC/DC han ido más allá y se han tomado el tema con seriedad, pensando mejor en el consumidor. Asesorados por grandes maestros cerveceros, la banda británica ofrece dos variedades elaboradas por Robinsons Brewery : una ale británica y una porter, llegando a vender más de 250.000 litros solo en la pre-venta de Reino Unido; mientras los australianos desarrollaron una lager de estilo alemán de la mano de Karlsberg Brauerei, la prestigiosa fabricante de Karlsberg, Beckers, Ottweiler y Kasteel.
Es decir que las grandes cerveceras también han encontrado en el rock un nicho rentable. En Argentina, Quilmes lanzó en 2013 una Edición Limitada de Quilmes Rolling Stones, en latas y botellas cuyo valor coleccionable ya supera los $300 en Mercado Libre… vacías, obviamente.
Derechos, ganancias y afines
Tan redituable resulta el negocio que, en 2014, los abogados de Ozzy Osbourne objetaron legalmente a la empresa The Brewer’s Art, cuya marca “Ozzy” debió ser retirada del mercado, pues su diseño evocaba con claridad y sin licencia al cantante.
El tequila y el vodka de Vince Neil (Mötley Crüe), la absenta de Marilyn Manson, los vinos que Sting elabora en sus propios viñedos de La Toscana, o la bebida energizante “High Voltage” de AC/DC, se suman al rubro de los placeres líquidos envasados que el rock ofrece como parte de su propuesta y, evidentemente, está generando ingresos por lados que jamás sospecharon sus fundadores.

“Ozzy”, la cerveza de la discordia.
Lo que se viene
En Argentina el mundo del rock está ligado -naturalmente- a la elaboración de vinos; aunque el foco parece estar puesto en el placer de crear y en la práctica cultural, más que en un objetivo meramente comercial. Pero el tema da para muchas rondas, cantinero, así que lo desarrollaremos en breve y en detalle.
Y también en próximas entradas: ¡salsas, quesos y salchichas de tus artistas favoritos! ¡Y más… y más contenidos que harán de este blog el Festival de Notas que-no-te-podés-perder!

Las cervezas rockeras mejor calificadas.